¿QUÉ ES LA MEDIACIÓN?
Mediación y persona mediadora
La mediación es un método pacífico de gestión de conflictos en el que un tercero hace posible que las personas hablen, reflexionen y busquen de forma conjunta una solución válida, responsable y útil para todos.
Con la mediación no hay ganadores ni perdedores, sino personas que colaboran para encontrar la mejor respuesta a los problemas generados por un conflicto.
Una mediación a tiempo reduce la dureza del conflicto y disminuye el malestar de las personas afectadas. El mediador o mediadora no decide ni impone nada a las partes, sino que las escucha y las ayuda a alcanzar acuerdos por sí mismas. Las personas mediadoras inscritas en los registros del Centro de Mediación tienen titulación universitaria y una preparación específica en técnicas mediadoras que las convierte en expertas en mediación.
De acuerdo con la Ley 15/2009, la mediación es un proceso voluntario al que se accede a petición de los interesados o por indicación de la autoridad judicial. La mediación se puede llevar a cabo tanto antes de iniciar la vía judicial como durante el proceso o una vez finalizado
Mediación y familia
Cómo puede ayudar la mediación las personas y las familias?
La mediación es una oportunidad al alcance de las familias para resolver pacíficamente sus conflictos. Padres, abuelos, hijos, nietos, tíos, primos …, todos están invitados a gestionar de forma constructiva sus diferencias a través de la mediación. El bienestar de los hijos y de las personas más necesitadas de atención, requiere tomar muchas decisiones en común. La mediación facilita este diálogo en beneficio de todos.
La mayoría de las personas que optan por la mediación llegan a un acuerdo satisfactorio. De esta manera evitan un proceso contencioso que agravaría las diferencias familiares.
Mediación y convivencia
Os molestan los ruidos? Tiene dificultades con algún vecino o en el seno de su comunidad?
La mediación:
Os puede ayudar a encontrar soluciones sólidas y respetuosas con las personas y la comunidad. Ha demostrado ser un buen instrumento para mejorar la convivencia ciudadana. Promueve el respeto entre los participantes, más allá de las perspectivas y creencias individuales Evita los largos procesos judiciales y, por tanto, reduce el desgaste tanto personal como material de los interesados y agiliza la actuación de la justicia. Fomenta el diálogo y reconoce el protagonismo de las partes, que se implican para buscar una solución útil para todos.